Es la segunda enfermedad degenerativa cerebral más frecuente en el mundo y se debe a un daño cerebral en la producción y acción de un neurotransmisor que se llama Dopamina.
Los síntomas son variados y los más reconocidos son 4 de ellos: lentitud de movimientos, rigidez muscular, alteraciones del equilibrio o la marcha y el temblor. Asocia alteraciones como baja de la presión arterial, seborrea de la piel y el cuero cabelludo, problemas en eliminación urinaria y estreñimiento.
Requiere de medicamentos que ayuden a controlar los síntomas, pero vemos cada vez con más frecuencia que los pacientes muestran notable pérdida de memoria y alteraciones de la conducta. Se deben buscar medidas de soporte y ayuda a la familia para atender las complicaciones o variaciones en el estado del paciente y tener al menos tres (03) visitas al neurólogo cada año a fin de tener registro de cómo progresa la enfermedad.